lunes, octubre 13, 2008

Después de Internet


Hace ya siete años que el lingüista italiano Raffaele Simone afirmó que Internet es "el principal enemigo del libro y de la lectura, a pesar de su apariencia de estar hecho para leer y escribir".


Simone, que en aquella oportunidad dio una conferencia en Madrid, dijo que en los últimos veinte años del siglo XX se dio una zancadilla a igual cantidad de siglos de historia del conocimiento, lo que ha supuesto un retroceso evolutivo que –entre otros fenómenos- sustituye la lectura por la simple mirada.


Simeone, profesor de Lingüística en la Universidad de Roma Tres, y autor de La Tercera Fase, formas de saber que estamos perdiendo, sostuvo que el siglo XXI marca el inicio de una tercera fase en la historia del conocimiento, que estará dominada por la cultura audiovisual.


El lingüista dedicó su ponencia a exponer los cuatro cambios que han traído "la disolución de un paradigma de cultura, de información y de educación". De acuerdo a Simone, ha cambiado la jerarquía de los sentidos (ahora la visión natural prevalece sobre la alfabética), ha aumentado el valor de la imagen (y con ella la supremacía de lo menos estructurado sobre lo más estructurado), ha cambiado la naturaleza de la escritura y la tipología de los textos, (que son ilimitadamente modificables) y, por último, ha dado lugar a una nueva forma de elaborar la información que el lingüista denominó como "no proposicional".


Esta nueva forma de crear información, según el pensador italiano, carece de los rasgos tradicionales de naturaleza analítica, estructurada, contextualizada y referencial que se desarrolló de Sumeria hasta el boom de la Internet, para convertirse en "una masa indiferenciada donde todo está en todo". que desprecia el análisis y la experiencia, para reemplazarlos por un enfoque simultáneo, inmediato y superficial.


Desde una posición firme y probablemente controversial, convencido del carácter disolutivo desde el punto de vista social de la ´nueva mirada¨, Simeone enumeró tres categorías que según el filósofo George Steiner rigen la concepción clásica de la lectura: silencio, soledad y memoria cultural, a las que sumó una nueva: la lentitud. También coincidió con el autor de ¨Después de Babel ¨ en la idea de que en el actual siglo nuestras maneras de leer son vagas e irreverentes. Y por ende, nuestra visión del mundo sería -en el mejor de los casos- casi insolente.


La tesis final de Simone fue que el acceso al conocimiento a través de la Red mundial es "la más formidable barrera que nunca se ha presentado al contacto del individuo con la realidad".

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