martes, agosto 22, 2006

Estupidez urbana



(Reflexión casi atónita a un episodio que roza la sandez absoluta.)

Un hombre corre en torno a una plaza casi desierta, en sentido contrario a las agujas del reloj (cf. Hannah y sus hermanas), bajo el implacable sol del rutilante mediodía estival. Lleva en su mano derecha una botella de agua mineral y en la izquierda una correa para tirar rítmicamente del cuello de un perro oscuro. El animal mencionado en segundo término corre penosamente con la lengua afuera, denunciando claramente que lo agobia la transpiración y lo insensato de la situación, al tiempo que el tipo lo arenga: ”¡Vamos, que es regenerativo!”

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